El Silencio Otorga, Lo Que El Misterio Concede

martes, octubre 26, 2004

La Fábrica de Chocolate

Pasé, como lo hago siempre, al negocio que está al lado de mi casa a comprar pan. Es casi costumbre mia el comprar algún chocolate para comerme secretamente en mi pieza, para no tener la obligación de si alguien lo llega a ver, tener que convidar. "¡Chicoca!, no te llevai' un chocolatito?" " No tengo más monedas, se me acabaron con el pan"
En ningún momento negaba las muchas ganas de comerme un chocolate.
Para distraerme solo atino a prender la tele. Está dando Willy Wonka y la fábrica de chocolate, una película antiquisima, que mezcla los colores más básicos y las fantasías más alocadas de un niño.
La historia habla de un niño pobre que se encuentra dentro de un chocolate un cupón dorado, en donde tenía la posibilidad de ir a visitar una enorme fábrica de chocolates y dulces. (Quien dijo que nadie gana en esos concurso?)
Él y otros 4 niños son los afortunados, por lo que el extavagante y muy raro dueño de la compañia.
Tienen la posibilidad de comer, probar, tomar o hasta lamer, lo que ellos quieran, todo mientras cumplan con las reglas puestas y mientras respeten los límites puestos. Para esto existen los Umpa Lumpa, que se encargan de controlar las acciones de los niños.
Uno a uno fueron rompiendo las reglas, pero el único que no sucumbió fue el niño que era pobre, dejó todas las tentaciones por portarse bien y ¿Cuál fue su premio?, le regalaron la fábrica, para que viva y la administre.
¿Qué tiene que haces uno para tener esa suerte?
¿Debo dejar todas las tentaciones por un simple chocolate? Quisiera decir que no, pero me quedaría la duda. Quizas no me he portado del todo bien en mi vida, pero quizas deba relajarme un poco, dejar de hacer locuras, estupideces, dejar de dañar. ¿ No creo haber dañado a nadie? y si lo hice pido perdón.
Aún así me niego a dejar mis tentaciones... una de ellas es el chocolate, las otras las dejo a su conciencia.
Prefiero que me controle un enanito cantarín, mi propio Umpa Lumpa, asi tendría nuevo goce... el escapar de él. Y veran mañana en los diarios de todo el país "Busco enano que me controle mi vida, de las tentaciones más deliciosas ".
Por que es así, cuando uno no tiene el control se las ingenia para doblar las reglas y disfrutar lo que parece complejo (la libertad), pero cuando uno tiene pleno control... ¿dónde queda el gustito a aventura?
No me dejaré vencer, encontre mi limite. No seré santa Teresa de Calcuta, pero el diablo no soy. Y con respecto a ¿Mi propia fábrica de chocolate?... para que, me consigo $50 y me compro un Inkat.